martes, septiembre 12, 2017

Europa, la asignatura pendiente

Vela, golazo en la última gran noche europea, ante el Olympique.
Viendo lo que ha sucedido en las últimas décadas, Europa es claramente la gran asignatura pendiente de la Real Sociedad, y hay que decirlo sin tapujos. Ya no estamos en aquellos años en los que los largos y extenuantes viajes condicionaban las eliminatorias de una manera definitiva o en los que el desconocimiento del rival hacía que cualquier equipo supusiera una amenaza real, independientemente de la escasa potencia de su liga o su propio nivel futbolístico. Ya no estamos en ese fútbol. Y la Real está obligada a entenderlo y a subsanar esa deuda que tiene con su propia historia. Por supuesto que ha habido noches mágicas en Europa, eso no lo duda nadie, y participaciones notables en alguna competición. Pero si vemos qué ha sucedido en los últimos tiempos podemos concluir sin problema que a la Real le falta una hazaña europea que, al menos, se acerque a aquellas míticas semifinales de la Copa de Europa que sirvió de colofón a la trayectoria del equipo campeón de los años 80.

Cojamos únicamente la historia de la Real desde que dio el salto a Anoeta. En ese periodo desde las finales de 1994, en esos 24 años, hasta seis equipos de la Liga española han levantado al menos un título europeo. Los dos grandes no han fallado, el Real Madrid ha ganado seis Champions y el Barcelona cuatro y una Recopa. A eso hay que sumar las cinco Europa Leagues (dos todavía como Copa de la UEFA) que ha ganado el Sevilla, las dos del Atlético de Madrid, la Copa de la UEFA que levantó el Valencia y la Recopa del Zaragoza. Si sumamos la presencia en finales, ya estamos hablando de diez equipos, sumando a Athletic de Bilbao, Espanyol, Alavés y Mallorca. Y si bajamos un escalón más, hasta las semifinales, hay que añadir a Celta, Villarreal, Osasuna, Deportivo y Tenerife.

Por decirlo de forma clara, quince equipos españoles han jugado al menos una semifinal europea mientras la Real solo ha sido capaz de alcanzar, en dos ocasiones, los octavos de final. El equipo txuri urdin llegó a esa ronda en dos de las cuatro participaciones europeas de esos años, en la Copa de la UEFA de la temporada 1997-1998, con Bernd Krauss como entrenador y la triste noche del asesinato de Aitor Zabaleta como cierre de una brillante competición a cargo del equipo txuri urdin (recordamos poco que Darko Kovacevic fue el máximo goleador de aquella UEFA a pesar de que la Real no llegara a las rondas finales), y en la Champions League de la 2003-2004, con Raynald Denoueix en el banquillo y aquella eliminación en Lyon ante un Olympique que superó con relativa facilidad a la Real.

No estamos hablando de imposibles. No se trata de logros al alcance de los clubes más poderosos de la Liga. Hay tres equipos hoy en Segunda y uno más en Segunda B que saben lo que es estar a las puertas de una final europea. La Real no. No desde aquella traicionera actuación de un árbitro en Hamburgo nada menos que en 1983. Y eso desafía a toda lógica. La Real tiene que dar un paso estratégico importantísimo, que es su presencia habitual en las competiciones europeas. Ese primer paso ya lo ha dado, a punto de comenzar su tercera participación en cuatro años en los torneos de la UEFA. Ahora queda pasear con grandeza el nombre de la Real por el viejo continente. Nada de simplemente disfrutar. El disfrute ya solo puede venir de hacer cosas grandes, de tener ambición y de aprobar por fin esta asignatura pendiente.

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